viernes, 27 de julio de 2018

5 panes, 2 pescados - Evangelio del 29/07/2018 – XVII Domingo T. Ordinario – Jn. 6, 1-15


La Palabra de este Domingo 29 de julio está tomada de San Juan, capítulo 6, versículos del 1 al 15.
La narración de la distribución de los 5 panes y 2 pescados es tan importante que la narran los cuatro evangelistas, brindándonos diversos detalles importantes para su correcta comprensión, interpretación y vivencia.

Antes que nada, creo que debemos aprender a quitarle el título de “multiplicación de los panes”, ya que en ninguna de las cuatro versiones se dice que Jesús multiplicó panes como un mago. El evangelista san Juan habla de este episodio de la bendición y distribución de los panes dentro de un gran discurso sobre el verdadero pan de vida, que se extiende por más de 70 versículos. ¡Qué importante debe ser esta enseñanza para que Jesús y los evangelistas nos insistan tanto en ella! También, creo que nos guste mucho llamarlo “multiplicación de los panes” porque así descargamos toda la responsabilidad en Jesús, y de hecho así sucede hoy: ¿acaso los reclamos de los no creyentes no son de este tipo? ¿si Dios puede multiplicar panes por qué no termina con el hambre en el mundo? ¿si Dios es poderoso por qué no destruye a los malos e impide la maldad sobre los más débiles y los niños? ¿si Dios puede…. por qué no hace nada?

Otra actitud que necesitamos adquirir ante la Palabra de este domingo es la de no espiritualizarla demasiado, o bien, no concluir de inmediato que los panes y los peces significan la Eucaristía, el Cuerpo y la Sangre del Señor. Esta es una parte bellísima y fundamental de la enseñanza, ¡pero no es toda la enseñanza! 

En su narración, san Juan busca primeramente ayudarnos a asimilar lo que significa realmente ser discípulos de Jesús. Tomando los primeros versículos, se nos dice que Jesús es quien va hacia la otra orilla del mar, que cumple muchos signos, que sube al monte y se sienta con sus discípulos, que la Pascua está ya cerca. Ya estas palabras nos indican cómo comprender la narración que sigue: Dios se va a revelar en Jesús, así como lo hizo en la antigua Pascua, al cruzar el mar, al hacerse presente en la montaña en medio de grandes signos. 

Después, la acción comienza con una pregunta que Jesús hace a Felipe “¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?” El evangelista indica que esta pregunta la hizo para poner a prueba a Felipe. Es decir, Jesús busca comprobar si sus discípulos han aprendido a ser discípulos, si han comprendido sus enseñanzas y su mensaje, y qué mejor que tocando el tema del alimento y el dinero. Son dos aspectos por los cuales todos los seres humanos nos preocupamos siempre: el alimento y el dinero, como medio para obtener lo que necesitamos y queremos. No hay ningún espiritualismo en esta enseñanza. Un discípulo debe saber cómo relacionarse con el alimento y con el dinero. Y de hecho, Felipe se muestra experto de economía, rápidamente calcula cuánto se necesitaría para alimentar a toda la gente.

Entonces aparece otro discípulo, Andrés hermano de Simón Pedro, quien pone en evidencia al muchacho que trae consigo su “lunch”: cinco panes de cebada y dos pescados. No es que Andrés haya obligado al pequeño a dar lo que tenía. La enseñanza aquí es que el verdadero discípulo de Jesús debe ser como este muchacho: uno que ofrece todo lo que tiene para que el otro pueda vivir. ¿Qué es lo que tú y yo poseemos y no estamos ofreciendo a los demás para que vivan? ¿nuestros bienes materiales? ¿estaremos acumulando y reteniendo los bienes que Dios ha creado para la vida y sustento de todos?  ¿nuestra voz que los defienda? ¿nuestra fe y predicación para que lleguen a conocer a Dios?

A veces nos detenemos a pensar como Andrés: “¿qué es eso para tanta gente?”. Yo imagino el entusiasmo de este muchacho que ofrece lo que tiene, y el pesimismo o desconfianza con la que el discípulo Andrés le responde: “hey, muchacho, no seas iluso, lo que tú ofreces no sirve de nada, no alcanza”. ¿No se repite esta historia también hoy? A veces son otros los que nos dicen: lo que tú tienes no sirve de nada o no basta. A veces nos lo decimos a nosotros mismos; y otras veces ¡somos nosotros quienes dicen esto a los demás!

San Juan dice que Jesús mandó a hacerlos sentar, pues había mucha hierba en aquel lugar. ¿No te recuerda eso de “en verdes praderas me hace reposar, hacia aguas tranquilas me conduce y repara mis fuerzas” del Salmo 23? Era mucha gente, demasiada, la que tenía hambre, y sin embargo a todos Jesús manda reposar en la hierba.

“En seguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer…” El evangelista dice que Jesús dio gracias a Dios por los panes y que Él mismo los distribuyó a los que estaban sentados: ¡Él es el buen Pastor! Los discípulos también se nutren con el alimento que el Pastor provee, y cuando a ellos les toque repartir los panes a los demás, lo harán en el nombre de Jesús. 


Algo que se nos queda grabado de este episodio es la gran cantidad de gente, la necesidad de alimento, lo poco de un muchacho que alcanza para todos con la intervención de Jesús, y la abundancia de alimento que resulta al final, pues recogieron “doce canastos”. Todo esto nos habla de que, materialmente, Dios nos llama a aprender a ofrecer lo que tenemos a todos. ¿No será que el hambre en el mundo no es culpa de Dios, sino de los pocos que hemos acaparado lo que debería bastar y saciar en abundancia a todos? ¿No será que necesitamos espiritualizar menos la Palabra de Jesús y creer más en sus enseñanzas para que nuestro corazón realmente cambie? ¿No será que la verdadera fe en Jesús nos está invitando a gritos a ser discípulos que compartan lo que han recibido para que todos puedan ver que realmente creemos en un Dios, Padre de todos, que es AMOR y A TODOS AMA?¿será que Dios es sólo el Padre de los cristianos, y no del resto de los hombres?

Más adelante, el discurso de Jesús seguirá creciendo y hablará del verdadero Pan de vida, de su carne que es alimento, de su sangre que es nueva alianza. El mensaje de Jesús a sus discípulos no fue comprendido en aquella ocasión, pues al final se nos dice que Jesús se retiró de nuevo a la montaña; buscaban proclamarlo rey justo porque no lograban mirar en Él más que un “multiplicador” de panes y no al Hijo de Dios que vino a iluminar y a regalarnos el don de llegar a ser como Él: hijos de Dios, con el corazón transformado, que miran la realidad como Jesús la ve, que aman y sirven a los que Él ama y sirve. Quedémonos hoy con este simple y concreto mensaje, medítalo, y experimentarás la saciedad en aquello que parecía no bastar para tu hambre. Paz y bien.


También puedes escucharlo desde mi canal en YouTube:



¡Sígueme!





¡CoMPaRTe!

domingo, 22 de julio de 2018

Canto: "Solo una sonrisa" - autor fray alex

¡Qué tal hermanos en Cristo! Hoy les comparto este canto, por una parte muy alegre, pero por otra en escala menor, que busca transmitir esa angustia que, desde mi reflexión, un bebé puede llegar a sentir antes de nacer y dejar el vientre de su madre. Esas esperanzas que siente el pequeño y ese grito desgarrador que lucha para que su vida sea sostenida y favorecida, al mismo tiempo que sabe que no tiene ninguna voz aún. 

Espero que este canto te haga meditar tus decisiones como mujer y como hombre, pues el crimen del aborto nos concierne a todos, casados o solteros, célibes, religiosos, pequeños y grandes. 
¡Dios te bendiga!


Después del video, más abajo, está la letra con los acordes.

¡Paz y Bien!




SOLO UNA SONRISA
INTRO   -re     -sol  Do  Fa  Sib
                         -sol La7  -re La7 -re

-re                                                         La7
     Hoy quiero proclamar con fuerza   ¡Gracias a la vida!
-sol                                                    La7
     que me ha dado tanto y tanto,    desde mi concepción;
Sib                                 Do                         Fa         -re
     mucho antes que pueda abrir estos ojos,
-sol                             La7                    -re    +Re7
     antes de completar todos mis huesos,
-sol                 Do                       Fa                      Sib
     es tu corazón, es tu decisión y tu gran valor,
            -sol                             La7                  -re   +Re7
tu confianza y tu amor en lo bello de la vida.
-sol                      Do                     Fa                     Sib
      es tu corazón, es tu decisión y tu gran valor,
                -sol                          La7                  Re+  (LA Re)
que conmigo comparte el milagro de mi vida.


Re                                                      La
     Y ¿cómo llegaré a sentir aquí dentro en mis entrañas
Sol                                      La                 Re              La
     lo hermoso que es amar, reír, besarte tu carita?
Re                                                           La
     Si tú no me permites, madre, mirarme en tus ojos,
Sol                             La                          Re                 La
     si tú matas mis sueños, mis esperanzas y alegrías.
Sol                       La                          Re                         -si
     Yo no tengo voz, yo no tengo armas, no tengo nada,
                   Sol                       La                   Re   Re7
sólo mis latidos que llegarán a tu corazón.
Sol                         La                         Re                              -si
     Yo no tengo voz, yo no tengo armas, sólo una sonrisa
               Sol                                La                  -re
aunque tenga todavía incompleta mi boquita.
         -sol   Do   Fa   Sib
         -sol   La7   -re  +Re7
         -sol   Do   Fa   Sib
         -sol   La7   +Re  La7 Re

Re                                                      La
     Y ¿cómo llegaré a sentir aquí dentro en mis entrañas
Sol                                      La                 Re              La
     lo hermoso que es amar, reír, besarte tu carita?
Re                                                           La
     Si tú no me permites, madre, mirarme en tus ojos,
Sol                             La                          Re                 La
     si tú matas mis sueños, mis esperanzas y alegrías.
Sol                       La                          Re                         -si
     Yo no tengo voz, yo no tengo armas, no tengo nada,
                   Sol                       La                   Re   Re7
sólo mis latidos que llegarán a tu corazón.
Sol                         La                         Re                              -si
     Yo no tengo voz, yo no tengo armas, sólo una sonrisa
               Sol                                La                   Re   Re7
aunque tenga todavía incompleta mi boquita.

Sol                         La                         Re                              -si
     Yo no tengo voz, yo no tengo armas, sólo una sonrisa
               Sol                                La                   Re   Re7
aunque tenga todavía incompleta mi boquita.

Sol                         La                         Re                              -si
     Yo no tengo voz, yo no tengo armas, sólo una sonrisa
               Sol                                La                   Re   Re7
aunque tenga todavía incompleta mi boquita.


Sol  La7  Re  -si7
-mi7  La7  Re  Re (bis)

viernes, 20 de julio de 2018

Intimidad y Compasión - Evangelio del 22/07/2018 – Domingo XVI T. Ordinario - Mc. 6, 30-34




El Evangelio de este Domingo está tomado de san Marcos, capítulo 6, versículos del 30 al 34, y en él escuchamos que los discípulos de Jesús, después de haber enseñado a muchos, regresaron con él, y Jesús les dice: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Esta frase, bella en sí, esconde un significado aún más profundo que la sola preocupación de Jesús de brindar un momento de descanso físico a sus discípulos después de una larga jornada de trabajo. ¿Recuerdas aquella otra frase que Jesús dijo a gritos “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y Yo les daré descanso”?  Pues de ese otro descanso está hablando Jesús, descanso que tiene que ver con el don de su Paz al hombre.

El corazón cansado, inquieto, preocupado y angustiado por todo lo que el mundo nos pide hacer para vivir la vida terrena, necesita de esta paz, no sólo para continuar con nuevas fuerzas haciendo lo mismo, sino para confrontar lo que vive, lo que piensa, lo que hace, lo que le preocupa, con la Verdad que es Jesús mismo. Muchas situaciones de la vida pueden estar turbándonos, poniendo en duda nuestras convicciones y valores interiores, pueden estar llevándonos a perder la esperanza, a debilitar y perder nuestra fe, a decirnos a nosotros mismos: ¿vale la pena ser honestos? ¿vale la pena esforzarme y sacrificarme por una buena y justa causa, si los buenos pareciera que no sobresalen y en cambio los malvados se ven muy felices? ¿es posible vivir la humildad en pleno 2018? ¿y para qué defender los derechos humanos, la vida desde el seno materno, si al final pareciera que el mundo seguirá igual o incluso peor? ¿y si en este país se aprueba la despenalización del aborto? ¿para qué evangelizar si nadie quiere escuchar?

Al estar a solas con Jesús y poner en sus manos nuestras preocupaciones, dudas y cansancios que Él ya bien conoce, nos regalará el don de su Paz y nos hará ver con claridad cuál es el destino verdadero de uno que ama y de uno que ha elegido el camino del odio, la violencia y la muerte. Él no hará las cosas por nosotros, pero al iluminarnos nos indicará cuál carga debemos llevar de cuál debemos deshacernos. A veces no tenemos tiempo ni siquiera para estar con Él, pues debemos hacer tantas cosas en su nombre. Recuerda que de poco o nada sirve hablar de su Paz si esta no me habita. ¿Cómo puedo hablar de perdón, de paz, de escucha de la Palabra, si yo no me dejo perdonar, ni invadir por su paz, ni me pongo a alimentarme de sus Palabras y su Eucaristía? 

Uniendo este Evangelio con la primera lectura de este domingo del profeta Jeremías, nos daremos cuenta que un mal pastor es sobre todo aquel que no se deja pastorear por quien lo envía, aquel que se olvida que ante el Buen Pastor uno será siempre oveja y discípulo. El mal pastor es el que dispersa las ovejas por no saber conducirlas hacia el verdadero Pastor, el que, por estar cegado en su interior y no acoger la luz con la que Dios mismo lo quiere alumbrar, termina por rechazar, dispersar y descuidar las demás ovejas. 

Nos damos cuenta que muchos, aun siendo bautizados, terminan proclamando lo que Dios rechaza. No se puede ser discípulo de Jesús y promover una cultura de muerte y odio, por ejemplo. Ahora que en estos tiempos muchos se ponen a favor de la despenalización del aborto, es bueno detenernos y reflexionar si el valor de una vida humana y la defensa de la misma sea una postura de origen religioso, o si, en cambio, tal valor hunda sus raíces en la misma conciencia humana que todos poseemos. Ciertamente que como verdaderos discípulos de Jesús no podremos nunca estar a favor de la muerte de un ser humano, sino proclamar que la vida humana es sagrada; pero, piénsalo bien ¿es necesario ser cristianos para darnos cuenta del valor de la vida humana en sí misma? ¿A caso una persona de otra religión o atea no puede llegar a descubrir que matar es algo incorrecto y no sólo una prohibición religiosa? Muchas veces he compartido desde mi experiencia persona de fe y como ser humano, que no era necesario que Jesús viniera al mundo y derramara su Sangre para enseñarnos que necesitamos vivir una vida virtuosa o moralmente correcta. El don de Jesús para nuestra salvación es todavía mayor. Muchos hombres antes de Jesús y después de Él sin conocerlo, han descubierto las virtudes humanas como un camino de felicidad que vale la pena vivir. 

Jesús es el Hijo de Dios que con su muerte y resurrección nos ha dado el poder de también nosotros ser hijos de Dios por la fe en Él, y así descubrir un nuevo sentido a nuestra vida, una dicha y felicidad que antes no conocíamos, un nuevo propósito a nuestro actuar, a nuestro vivir y a nuestro morir: el amor.

El Evangelio nos habla también del amor con otra palabrita: la compasión. Jesús siente compasión por sus discípulos y les ofrece descansar en Él; Jesús manifiesta y realiza en sí mismo la compasión de Dios por el mundo, por todas esas ovejas que andan sin pastor, sin guía; Jesús, concretamente, desde sus entrañas se compadece de la multitud, de todos, que “lo esperan” y lo buscan, sedientos de un pastor que los lleve a pastar en verdes y sabrosos prados para saciar su hambre. Dice un salmo: “Abre tu boca y yo la saciaré”.

Jesús nos enseña a ser pastores según su corazón: pastores que amen, que se compadezcan, que alimenten y alivien de la fatiga a los que vagan hambrientos y sin rumbo. Recuerda que, si bien uno sólo es el verdadero Pastor, tú y yo también lo somos, y tú y yo necesitamos descansar en Cristo para poder cumplir la misión de Jesús y con Jesús hoy. Hemos abrazado el hermoso nombre de cristianos, y como tales necesitamos reavivar nuestra conciencia de que somos “otros Cristos”, permaneciendo en comunión con Él, pues de Él recibimos el mandato, el mensaje y su cumplimiento. Unidos a Él somos más que vencedores, y separados de Él nada podemos hacer.
Paz y Bien.


También puedes escucharlo desde mi canal en YouTube: 



¡Sígueme!





¡CoMPaRTe!

martes, 17 de julio de 2018

canto: "Confío, Señor, en Ti! - fray alex

¡Qué tal hermanos!
En esta ocasión les comparto un canto movidito, tipo salsa o algo parecido.
Este canto nace de mi experiencia de perdón. Dios siempre perdona, siempre renueva, siempre fortalece y protege. En el fondo hay una frase del Evangelio (Marcos 16, 18) que me ha acompañado estos días: "...si beben un veneno mortal no les hará ningún daño". Frase que me infunde gran confianza cuando pareciera que el veneno del pecado es más fuerte que la gracia.
Confiemos en Él, siempre más, siempre más.

¡Saludos!
¡Paz y Bien!


Te dejo el video de la canción con letra y acordes.



¡Sígueme!





¡CoMPaRTe!

sábado, 14 de julio de 2018

Ni pan, ni mochila, ni dinero - Evangelio del 15/07/18 - Domingo XV T. Ordinario - Mc 6, 7-13




El Evangelio está tomado de san Marcos, capítulo 6, versículos del 7 al 13. Hemos venido escuchando con una lectura continuada este Evangelio de San Marcos. El domingo anterior escuchamos sobre el rechazo de los suyos hacia el mensaje de Jesús, y hoy, en cambio, escuchamos cómo Jesús envía a los doce, de dos en dos, con poder sobre espíritus inmundos, mandándoles que no llevan nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sólo bastón, sandalias y una sola túnica.
Jesús no se desanima ante el rechazo de su mensaje, antes bien continua, ahora con colaboradores, en la misión que el Padre le ha encomendado. ¿No nos ha sucedido así alguna vez? Cuando una puerta se cierra, esto sirve para tomar otros caminos, son signos que nos indican nuevas sendas. A veces, puede llegar a pasarnos que cuando falla algo que habíamos planeado realizar, lo abandonamos, incluso pensando que “así lo quiso Dios”. Como hijos de Dios, el mandato de amar y anunciar es permanente, y me parece que confiando en este mandato y buscando responder fielmente, sobre todo confiando en que Dios nunca nos abandona ni cambia su voluntad de salvar a todos, debemos ser cada vez más astutos. Necesitamos esa astucia, esa audacia que sólo los enamorados tienen y los caracteriza. Por amor, somos capaces de cosas inauditas e incomprensibles. Es lo que Jesús hace, pues ama a su Padre y a los hombres.
Antes de mandarlos, primero llama a los doce hacia sí. Es éste un detalle que no debemos olvidar. Nos llama para comunicar lo que hemos vivido estando con Él, lo que hemos experimentado en su presencia, lo que hemos descubierto en Él. La experiencia personal de Jesús es central en la misión de sus enviados. De hecho, Jesús no les explica lo que deben anunciar, los llama hacia sí y los envía. Tal parece que Jesús no les dio clases teóricas de lo que deben enseñar, sino una experiencia que deben compartir.
Al llamarlos a Él, Jesús manifiesta apertura, bienvenida, acogida. Tal vez sea el más importante punto del mensaje que Jesús nos confía: la hermandad. De hecho, para Jesús los paganos son los que no acogen a los demás, los que dividen, rechazan y condenan a los demás por el motivo que sea.
Dice el Evangelio que los manda de dos en dos. No es una táctica pastoral para abarcar más, pues los manda juntos, no por separado. Tal vez lo haga así para indicarnos justamente que sus discípulos son una comunidad donde ninguno está por encima del otro, donde ninguno es más importante que el otro, pues precisamente esta experiencia de bienvenida, de fraternidad, es lo que han experimentado al ser llamados por Jesús: que el Hijo de Dios salva a los hombres haciendo que se sientan y descubran sus hermanos, hermanos del Hijo de Dios. ¿No les lavó Jesús los pies a sus discípulos? ¿No les dijo: ámense como yo los amo?
Sabemos que el número doce simboliza todo el nuevo Israel, el nuevo pueblo de Dios. A estos doce, Jesús los ha constituido señores con poder. Tal vez hallamos malentendido este poder que Jesús nos da. Ante todo, el poder que Jesús nos comparte es el suyo mismo: el poder sobre los espíritus inmundos, es decir, el poder para sacar de la vida de los hombres y mujeres todo aquello que los desvía, que los deshumaniza, que los daña y les da muerte; el poder para curar heridas y sanar corazones; el poder de la caridad y del servicio que son capaces de crear lazos irrompibles con Dios y con los demás, capaces de vencer la misma muerte. A veces, tantos bautizados se comportan como poderosos según el pensamiento del mundo y no según el pensamiento del corazón de Dios.
Jesús manda a los doce sin nada: ¡qué locura! ¡qué irresponsabilidad! ¡qué desconsideración! ¿o no? Tal pareciera que Jesús busca decirnos con esto algo de suma importancia. Así como un soldado no va a la guerra sin fusil, un pintor no va a trabajar sin sus herramientas, etc. ¿Qué es lo que necesita un enviado de Jesús para cumplir su misión? Jesús nos dice que lo necesario es sólo el mensaje que debe transmitir, la experiencia que debe comunicar. Y para eso no sirven ni carros último modelo ni lo último en tecnología. El mensaje del Evangelio depende sólo del corazón transformado por su gracia. ¿Cómo nos preparamos cuando queremos hablar de Dios a alguien? ¿Te llenas de su gracia primero? A lo mejor, como Iglesia pecamos de tantos planes pastorales, de tanta planeación basada en estudios sociológicos, etc., creyendo que la acogida del mensaje de Jesús dependa solo de ello. Dar a conocer a Jesús depende sólo de si yo lo conozco. Para transmitir su gracia debemos estar llenos de ella. Para hablar en nombre de Jesús debemos conocer profundamente su mensaje. A veces, nos preocupamos más de dar un bonito mensaje y de su forma exterior que de rescatar de las garras del pecado, la soledad y la tristeza a quien se encuentra así, en pecado, solo y triste. A veces, comunicamos el mensaje sin fuerza, sin estar convencidos plenamente, dudando de la eficacia de esta Palabra viva que nos ha sido confiada.
¿Por qué llevar un bastón, sandalias y una sola túnica? El bastón simboliza la Palabra que guía, es nuestra única arma; las sandalias indican la necesidad de salir de nuestros lugares conocidos hacia tierras desconocidas, hacia lugares donde Dios y sus enviados son extranjeros; llevar una sola túnica simboliza que no necesitamos tener otras seguridades más que el saber que Dios nos ha mandado y que Él nos acompaña. De hecho, hasta el día de hoy, tener muchos vestidos habla de riqueza, y nuestra riqueza como discípulos no está en lo material de lo cual disponemos, sino en el mensaje que poseemos.
Sabemos que los buenos judíos buscaban respetar siempre la ley. Por ello, no contaminarse con nada impuro era importantísimo, y para ello buscaban hospedarse sólo en casas de otros judíos de buena fama, nunca con paganos; incluso, sacudían el polvo de sus pies de las ciudades paganas por las que hubiesen pasado para no contaminarse. Jesús rompe con toda esta mentalidad. No puede contaminarse aquel que ha sido santificado por el Espíritu Santo; al contrario, nos ha sido dado el poder de sanar, de purificarlo todo, de bautizarlo todo con la gracia de Dios a través de nuestra vivencia del Evangelio. Así como lo hizo Jesús, que tocó lo más hondo del pecado, de la impureza, regalando sanidad y purificación verdaderas. Cuando Jesús manda en esta ocasión sacudirse el polvo de los pies de donde los rechacen, no indica un reproche, ni una venganza o maldición. Jesús los envía por todos lados, indicando que en todo lugar hay personas dispuestas a recibir su mensaje, pero debemos estar conscientes que también encontraremos personas que aún no lo aceptarán. Se indica un rompimiento y a la vez una continuación con la misión que Él nos encomienda. Jesús no indica que se deba sacudir el polvo al regresar al hogar, pues nuestro hogar es el mundo, toda la tierra que Él ha santificado al encarnarse y que los cristianos en su nombre santifican; ya no hay puro ni impuro, sino que el juicio lo realiza Dios y el hombre al aceptar o rechazar a su Enviado. Todos hemos rechazado a Dios, pero hoy es el día de salvación, el arrepentimiento nos abre las puertas de la inmensa gracia de Dios.
Además del mensaje de salvación, el Evangelio nos dice que los discípulos expulsaban demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban. Nuestra misión sigue siendo la misma: comunicar la salud del espíritu, sin dejar nunca de lado la situación concreta en que se encuentran nuestros hermanos. No podemos desentendernos de los humanos dolores por los que están atravesando. La caridad se ocupa de toda la persona, la salvación nos libera de todo tipo de opresión. A esto nos llama Jesús. Paz y Bien.

También puedes escucharlo desde mi canal en YouTube:



¡Sígueme!





¡CoMPaRTe!

sábado, 7 de julio de 2018

Canto: "En la Cruz" - fray alex




A veces, entre tantas decepciones que encontramos en el camino de la vida, podemos llegar a pensar que no hemos encontrado el verdadero amor...  Sin embargo, hay Uno que nos ha amado tanto, y tener presente siempre en nuestra vida ese amor, puede cambiarlo todo en nuestra vida.
Con este canto quiero compartir contigo esa maravilla y estupor que se siente al abrir los ojos y contemplar ese misterio insondable que nos revive: la muerte y resurrección de Jesús. Somos hijos perdonados, reconciliados, amados realmente, no importando cuánto nos hayamos equivocado. Él siempre nos da una nueva oportunidad. 
Espero que este canto te ayude, te toque muy profundamente y te anime a seguir queriendo ser un fiel discípulo de Cristo. ¡Paz y Bien!
Te dejo el video en seguida, la letra y los acordes abajo, y recuerda que puedes descargar el MP'3 de este canto y otros más en la sección MP'3 de este blog o pinchando AQUÍ




Canto: “En la Cruz”



Capo 2
Re                                 Sol
En la Cruz, trono del Rey,
    La           -si             La              Sol       La
fue perdonado el pecado del mundo-----
              Re                              Sol  (La)
¡Oh Cordero, tu vida entregaste!
            Re                                                 Sol     La
¡Rescataste al que era esclavo del pecado-------!
                      -si La   Sol        Re
¡Nos has amado      tanto!


Re                         Sol
A tu lado está la Reina
    La           -si                      La             Sol       La
se le ha clavado como espada tu dolo------r.
              Re                               Sol  (La)
¡Oh María con tu Hijo entregaste
                  Re                                        Sol    La
tu misma vida!  ¡Fiel esclava del Seño------r!
                      -si La   Sol        Re     La
¡Nos has amado      tanto!


        Re                                     -fa#
¡Misterio insondable del Amor!
     Sol                 -mi          Sol   La
¡Abismo de infinita carida------d!
Re                                           -fa#
Lavas en tu sangre la creación
              Sol                  La
¡haces nuevo el corazón!


        Re                                     -fa#
¡Misterio insondable del Amor!
     Sol                 -mi          Sol   La
¡Abismo de infinita carida------d!
Re                                           -fa#
Lavas en tu sangre la creación
              Sol           -mi  La          Re
¡y tu Espíritu renueva el corazón!

viernes, 6 de julio de 2018

¿Buena noticia? - Evangelio del 08/07/2018 – Domingo XIV Tiempo Ordinario – Mc 6, 1-6


Excelente día a todos, hermanos y hermanas. Escuchemos la reflexión del Evangelio de este domingo, tomado de san Marcos, capítulo 6, versículos del 1 al 6.
El domingo pasado escuchamos dos grandes obras que Jesús cumplió gracias a la fe de los que lo buscaban: sanó a la mujer con flujo de sangre y volvió a la vida a la hija de Jairo. Gracias a la fe de cada uno de estos personajes, Jesús regaló vida a cada uno.
Para comprender mejor el mensaje del Evangelio de este domingo, es necesario recordar algo que ya sabemos: que las Palabras de Jesús no siempre son acogidas por todos, si Él murió en la Cruz fue por el pecado, por el rechazo hacia su persona y sus palabras. Dice san Juan en su Evangelio que la Luz vino a los suyos, pero los suyos no la recibieron; pero a los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Es real y verdadera la salvación, como también el rechazo de la misma.
En el Evangelio de este domingo escuchamos que Jesús, en sábado, enseñaba en la sinagoga. Y su enseñanza asombra y deja perplejos a muchos de sus oyentes. Y se preguntan: “¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María…?”  La enseñanza de Jesús, impartida con autoridad y confirmada por los milagros, crea división entre sus oyentes. Y, como siempre, es mayor el número de los que no lo aceptan. ¿Qué les dijo Jesús para reaccionar así? El Evangelio de hoy no nos lo cuenta, pero conocemos bien su mensaje de salvación: que Dios no odia a nadie, que busca salvar a todos y sostenernos a todos para que caminemos siguiendo sus enseñanzas, que ama al pecador y le ofrece su perdón, que en su corazón de Padre bueno no hay lugar para hacer distinciones entre judíos y no judíos, que al Padre le urge llegar al corazón y a la vida de cada uno de sus hijos para que encuentre la vida, sea feliz y no muera, que no soporta la hipocresía ni las máscaras pues Él sólo busca darnos la fortaleza para levantarnos de las caídas y caminar en la verdad, como en plena luz del día.
En el fondo, la división provocada por su enseñanza descubre las verdaderas intenciones de los corazones. Jesús no proponía hacer el mal a nadie, sino todo lo contrario; su mensaje no trae destrucción, sino salud, no suscita tristeza sino inmensa alegría, no provoca guerras ni muertes sino reconciliación y vida. Pero eso sí, Jesús pide con fuerza a cada uno que CREAMOS, que tengamos fe en sus palabras, que nos dejemos moldear y cambiar desde lo más profundo…  y eso es un largo camino, cuesta arriba. Creerle a Él nos lleva a confrontarnos con sus Palabras, con su Evangelio, y nada más. Los judíos de su tiempo no quisieron hacerlo, prefirieron sus tradiciones en lugar de aceptar la misericordia universal; prefirieron seguirse creyendo el pueblo elegido cerrando la entrada a todo extranjero, sin aceptar que su privilegio de ser el pueblo de Dios, sus elegidos, no tenía otra vocación que la de servir de instrumento en las manos de Dios para hacer llegar la salvación a todos, como decía el Antiguo Testamento. 

Ciertamente las Palabras de Jesús no son bien acogidas si no estamos habituados a vivir en la verdad, si no la buscamos y conscientemente preferimos ser el dios de nosotros mismos. Cuando alguien nos anuncia que en Jesús hay salvación, lo primero que puede surgir en nuestra mente y en nuestros corazones son las clásicas dudas y preguntas: ¿me ama a mí? ¿y por qué no lo veo? ¿por qué me va mal? ¿qué ha hecho Él por mí? ¿y por qué la Iglesia esto y los sacerdotes aquello otro? Todas preguntas que sirven de barrera para no aceptar sus Palabras. Jesús nos pide desnudarnos plenamente ante sus Palabras y con sinceridad y humildad confrontarlas con lo que sabemos que es correcto y lo que no lo es, para que nosotros mismos lo juzguemos. La paz, el trabajo, la reconciliación, la tolerancia y el amor al prójimo, el dar una mano al necesitado, etc. son todas cosas buenas, y nadie puede negarlo. Al llegar a tal desnudez y decir: “Jesús no me propone nada malo, sino algo bueno”, ahí se da un acto de fe. Y si la fe es tan pequeña como un granito de mostaza, provocará grandes cosas. Ciertamente el mensaje central de Jesús no es simplemente “hagan cosas buenas”, pero desde estos aspectos prácticos podemos ir profundizando siempre más y más acerca de su identidad más profunda: Hijo de Dios. Pero debemos comenzar por sincerarnos y darle la razón: Jesús no me propone nada malo. No me quiero fijar en los cristianos y sus obras, sino en el Mensaje de Jesús y en las obras de Jesús. La fe nace en este encuentro personal, entre tú y Él. Él buscará la manera de hacer crecer esa semilla que ha sembrado, de hacer brillar más y más esa luz que has visto en Él y que te ha llevado a la decisión de darle una oportunidad en tu vida. Un poco de fe logrará sanar profundas enfermedades y… ¡hasta revivir muertos!, como decía el domingo pasado.
La Palabra de Jesús no es deshumanizante, sino todo lo contrario, humaniza el corazón endurecido.
Al final del Evangelio, Jesús también se queda perplejo ante la incredulidad de sus propios parientes y los de su propia casa, es decir, su madre y sus hermanos y hermanas, que, como decíamos el domingo pasado, son todos aquellos que lo siguen y creen en Él. Tal vez hemos llegado a conocer en nuestra propia experiencia esta contradicción: creemos en Jesús, pero no le creemos a Jesús. Como Iglesia y seguidores de Jesús, debemos saber reconocer que no siempre lo seguimos, al menos no con la radicalidad necesaria, y que en muchos casos terminamos por entibiarnos en la fe. Hoy es el día en el que podemos decidir renovar nuestra fe y pedirle a Jesús que no detenga su obra en nosotros, que estamos dispuestos a seguirlo, a dejar viejas maneras de pensar y renovarnos, que nos ayude a apartarnos del camino del pecado y el egoísmo, que queremos crecer y madurar en la fe, la esperanza y caridad. Así llegaremos a ser de esos pocos que Jesús sí pudo sanar al imponerles las manos. Paz y Bien.
También puedes escucharlo desde mi canal en YouTube: 






¡Sígueme!










¡CoMPaRTe!

Última publicación

Canto: "Agua de Vida" - de Andrés Degollado - Canta fray alex

Agua de Vida. Descarga este y otros de mis cantos aquí: https://frayalexblog.blogspot.com/p/mp3.html   Agua de Vida M. y L. Andrés Degollado...